Paludismo

Un fantasma que aterra a los países de climas tropicales, especialmente a África Subsahariana.

Paludismo

El paludismo es una enfermedad parasitaria muy grave, que se produce por esporozoarios del género Plasmodium y es transmitida al hombre a través de la picadura del mosquito Anopheles. De ese modo los parásitos entran al tejido para luego penetrar en la circulación y posteriormente en el hígado, donde maduran y se reproducen, para luego ingresar en los glóbulos rojos.

Anualmente se dan entre 300 y 500 millones de casos en el mundo, la mayoría de ellos en África Subsahariana, y cerca de 1 millón de muertes en niños. En África, América Central, Sudoeste de Asia y Norte de Sudamérica está considerada una enfermedad endémica. Es más común en los climas tropicales y húmedos.

Síntomas

Al principio los síntomas pueden no ser muy específicos y confundirse con los de otras enfermedades, lo que puede dificultar el diagnóstico. Luego de un período de incubación que oscila entre los 14 y los 30 días comienzan a manifestarse los primeros síntomas entre los que se incluyen:

  • Irritabilidad, somnolencia
  • Inquietud durante el sueño
  • Malestar generalizado
  • Disminución del apetito
  • Escalofríos intensos y difíciles de controlar
  • Fiebre, que puede aumentar progresivamente o picos de hasta 40º o más
  • Sudoración intensa
  • Respiración acelerada
  • Náuseas
  • Dolor de cabeza
  • Agrandamiento considerable del bazo
  • Molestias y dolores corporales (principalmente en el abdomen y en la espalda)

Dependiendo del tipo de microorganismo causante de la enfermedad, las crisis (que constan de escalofríos incontrolables, aumento de la fiebre e intensa sudoración que deja al enfermo agotado) pueden repetirse cada 48 o 72 horas. Las crisis suceden a consecuencia de la explosión de los glóbulos rojos de la sangre, que señala su comienzo con la liberación de los parásitos a la sangre, que entran de nuevo en otros glóbulos rojos, estallando a las 48 o 72 horas y repitiéndose así el ciclo.

Diagnóstico

El Paludismo es diagnosticado mediante la realización de exámenes especiales de sangre, la cual es analizada bajo el microscopio para comprobarse la existencia o no, de parásitos de paludismo, que pueden observase dentro de los glóbulos rojos.

Tratamiento

El tratamiento de la enfermedad incluye la administración vía oral o intravenosa de fármacos antipalúdicos (cloroquina durante 48 o 72 horas y en caso de resistencia a dicha droga se puede optar por la quinina por 7 días asociada a la pirimetamina por 3 días). Dependiendo del tipo de parásito de que se trate, se puede tratar al paciente ambulatoriamente por algunos días u hospitalizarlo.

También se controla la presencia de signos de deshidratación, anemia, convulsiones u otras complicaciones que puedan afectar los riñones, el bazo o el cerebro. Dependiendo del caso y de la gravedad del mismo, puede ser necesaria la administración de líquidos, asistencia respiratoria y transfusiones.

El paludismo constituye una causa de muerte considerable a nivel mundial. Si es diagnosticada y tratada a tiempo puede curarse y no traer mayores complicaciones.

Prevención

Existen medidas sanitarias dirigidas a controlar y erradicar los mosquitos transmisores del paludismo.

Otra medida de prevención utilizada en países como África donde la presencia de la enfermedad es muy elevada, es rociar con insecticida los mosquiteros, lo cual ha disminuido considerablemente la cantidad de muertes infantiles.

Previo a realizar un viaje a una zona tropical o donde el paludismo sea considerado una endemia, se recomienda tomar un comprimido de cloroquina a la semana, dos semanas antes del viaje y mientras dure la estadía en el destino elegido, un comprimido semanal, igual que al regreso pero extendiéndolo a un comprimido semanal por 4 semanas.